Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena devela sus secretos más íntimos a unas horas de ser fusilado

Encerrado en el Convento de las Capuchinas, Querétaro, en las últimas horas de vida, Maximiliano de Habsburgo narra sus memorias. Confidencias que envolvieron la vida del que fue emperador de México en 1864. Pedro J. Fernández nos presenta a un hombre enamoradizo, con sueños, con anhelos, con pasión por el arte, con aspiraciones políticas y con una compleja relación familiar, especialmente con su madre.

En este viaje por la historia acompañaremos a Maximiliano, el archiduque que nació en 1832 en Austria y que se caracterizó por ser apasionado de la poesía, de la literatura antigua, de la pintura, de los atardeceres y de los viajes. Autor de poemas que recitaba para él, y escritor del libro Esbozos de viaje, donde narraba la belleza que veían sus ojos cuando fue a Brasil. Obra que sólo compartió con sus hermanos y amigos. Su gran amor fue María Amelia de Portugal, hija de la prima de su madre, con quien tenía planes de boda, pero murió antes de que eso pasara.

Conoceremos sus apegos al entorno familiar. Entraremos al palacio de Schönbrunn donde conoceremos a Francisco José, su hermano mayor, quien se convertiría en emperador del Imperio Austro-húngaro. Sabremos el amor que lo unía con sus hermanos menores: Carlos Luis, Luis Víctor y María Ana. Entenderemos como era la relación con su padre Francisco José de Austria y su madre Sofía de Baviera, una mujer fría y controladora que intervino para que se casara con Carlota. Un matrimonio que no era el de una pareja romántica, ni mucho menos pasional, pero donde existian largas tardes de conversaión.

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